martes, 27 de noviembre de 2007

Ofelia


¿Por qué murió? ¿Por qué tan sola nada
sobre el agua que enreda los helechos?

Georg Heym

Una risa se esfuma entre la tierra donde Ofelia la loca da reposo a su amor. ¡Tan llena está de flores y ternura rebosando en sus labios! Mirad cómo se arroja al rugoso nenúfar, cómo ansía agarrar entre sus manos blancas de princesa de cuento la quietud última, la paz soñada del alma.

Nadie te llora, loquita inmaculada, virgen desvirgada por la duda de un hombre rencoroso. Ya se calló el río. Y sus corrientes pararon para verte, tumbada, con las manos bien prietas, bien juntas sobre el pecho, sujetando aquel ramo de flores que arrancaste mientras cantabas las canciones que una muerta te enseñó de niña.

Ahora el viento dirige tus cabellos indefensos y a las nubes algo les atraviesa dentro; algo así como piedras de río chocando contra sus fuertes pechos acorazados.

No hay comentarios: